Matemática: un CLIC al conocimiento

Por Gerardo Cadierno. Si hay una sentencia que es tan necesario como urgente retirar de ciertos constructos del sentido común, sobre todo en los primeros años de formación, es esa en la que se vincula a las matemáticas con el aburrimiento que causa una sucesión de fórmulas inexplicadas que es menester memorizar pero jamás sabemos para qué.

Es que si hay una ciencia que nos abre de par en par la puerta hacia el aprendizaje, la sabiduría, la filosofía y, aunque parezca extraño, la belleza, es la matemática: esa ciencia milenaria a la que un día alguien decidió divorciar del resto de la humanidad y, a partir de ese momento, todos fuimos un poco más pobres en términos de pensamiento.

Pero, ¿esto es así realmente? El actual formato de la Olimpiada Internacional de Matemáticas, llamado Canguro por estar inspirado en el modelo australiano donde los alumnos participan desde su lugar, es “el concurso de masas más popular del mundo”, cuenta Fernanda Rodríguez, una de las coordinadoras del programa CLIC que llevó los canguros a las escuelas públicas brownianas.

Hacer CLIC

“El programa Centros Locales de Innovación y Cultura (CLIC) es una iniciativa del gobierno de la Provincia de Buenos Aires que financia espacios municipales de divulgación científica en conjunto con universidades”, explica el subsecretario de Ciencia y Tecnología bonaerense, Federico Agüero.

En este caso, la edición del CLIC browniano es el resultado de la acción convergente entre la Provincia, el municipio y la Universidad Nacional Guillermo Brown (UNaB).

Además, esta edición es, también, el estreno de los primeros graduados de la UNaB quienes, con su título de licenciados en Enseñanza de la Matemática, salieron del claustro a las aulas de las primarias.

“En los dos años que lleva el programa más de dos mil niñas, niños y jóvenes participaron de las actividades y las escuelas con las que trabajamos el año pasado se acercaron para volver a trabajar juntos y en, algunos casos, incorporaron la temática y metodología al proyecto institucional”, explica Luciana Boroccioni, directora de la Secretaría de Extensión de la UNaB

Además, Boroccioni agrega, que “la puesta en marcha del programa permitió la consolidación de un equipo de trabajo conformado por docentes, graduados y graduadas de la universidad, con la participación de estudiantes avanzados”. 

Salir del claustro para volver a las aulas

A través de la jefatura distrital e inspección escolar de Almirante Brown, que brindaron los lazos con las autoridades de escuelas para diagramar el cronograma de acción, el equipo  de la UNaB pudo entrar en las aulas.

“Al realizar la actividad en el aula, con material concreto y poder trabajar con sus compañeros apoyados de sus maestras y docentes de la universidad, los chicos vieron que la actividad no era inalcanzable. De este modo, competían entre ellos a ver cuantos ejercicios resolvían bien, se autocorregían en grupos y revisaban respuestas desde su error, lo cual generó un muy buen clima de trabajo”, subraya Ezequiel Ortega,otro graduado de la UNaB a cargo del proyecto.

Por su parte, Rodríguez puso de relieve que las maestras se “súper engancharon a las actividades y participaban, todo el personal se mostró predispuesto a trabajar”. Y agregó: “A los chicos les fascina competir y las actividades propuestas los invitaban a pensar y, si bien hoy los chicos viven en un mundo donde no pueden esperar, intentamos, con mis compañeros enseñarles que a veces tenemos que pensar un poco más o compartir ideas para poder llegar a comprender el problema”.

“A través de desafíos y experiencias, algunas interactivas y otras de razonamiento, se invitó a los estudiantes a explorar propuestas emocionantes que combinan el juego y los conceptos matemáticos. Existen teorías que reconocen el valor del juego y la actividad lúdica como herramientas de transmisión y adquisición de conocimiento. Basado en esta premisa, se buscó difundir la cultura matemática en un espacio que fomente el razonamiento, el asombro y la colaboración colectiva”, agrega Ortega a la hora de contar cómo lograron vencer el prejuicio sobre los números.

Una experiencia con aprendizajes

A la hora de enumerar las habilidades que desarrolla un chico que logra aprehender las matemáticas,Rodríguez no duda y subraya que le permite “saber cómo aplicar los conocimientos científicos en la práctica para resolver los problemas que se presentan en su realidad y en el ámbito cotidiano”

“Muchas de las situaciones planteadas eran percibidas por ellos como un problema concreto y el objetivo es que los estudiantes desarrollen la creatividad de plantearse cómo lograr estrategias adecuadas que le faciliten su resolución en un acceso al saber matemático a través de la eficacia”,sostiene.

En eso coincide con Ortega quien explica que con la presentación de “situaciones realistas, experimentales y desafiantes” los participantes podrán desarrollar ”habilidades estratégicas y enfrentar desafíos, que fomentarán el desarrollo de aprendizajes significativos que  estimulen su curiosidad y pasión”

Para Ortega este enfoque “lúdico y participativo les brinda una oportunidad única de descubrimiento y exploración” al tiempo que “sienta las bases para futuras vocaciones científicas” que parte desde “la importancia de la matemática en su vida cotidiana”.

“Este trabajo colectivo en el aula intenta generar atributos y destrezas de trabajo en equipo, comunicación asertiva, capacidad analítica y de resolución de problemas, deseos de aprender y superarse. Que son tan útiles a lo largo de la vida y que en esta etapa de formación deben desarrollar bases firmes”, repasa y subraya Ortega..

Múltiplos y divisores para lograr llegar más rápido al punto de encuentro; conceptos como mitad, doble y triple sin entrar al campo de las fracciones propiamente dicho; ecuaciones, sin plantear el algoritmo; hallar el valor desconocido con estrategias de razonamiento propio; medidas y peso fueron algunos de los conceptos abstractos que los chicos lograron aprehender y darles un sentido.

“En las actividades se requiere primero saber leer el texto; luego, interpretar la consigna. Para resolverlo necesitamos desafiarnos, razonar, utilizar la lógica, hacer cuentas, trabajar -en equipo de ser necesario- y, finalmente,  transformarlo en lenguaje matemático para dar una respuesta. Eso genera un aprendizaje significativo y una experiencia inolvidable a la que hay que sumar que reciben un diploma de la universidad que acredita su participación en un evento donde se celebra el conocimiento y la ciencia como construcción colectiva”, concluye Ortega.. 

Una universidad con sentido de pertenencia

Para Ortega y Rodríguez el hecho de desarrollar esta actividad en el mismo territorio en el que ellos viven y se graduaron no es indiferente.

Es que Micaela Amarilla, María Laura Amejeiras, Geraldine Chaves, Reinaldo Corimayo, Ezequiel Ortega y Fernanda Rodríguez, el equipo que llevó adelante el programa, son la primera camada de graduados de la UNaB, la universidad más joven del conurbano bonaerense.

“Todos los que pertenecemos al equipo, somos parte de los primeros egresados de la licenciatura en la enseñanza de la matemática, hoy somos docentes de esta universidad y estamos complacidos de ser parte de una comunidad que valora la curiosidad intelectual, la excelencia académica y el compromiso de tener un impacto positivo contribuyendo al desarrollo local de nuestra región, como así también trabajar para construir un mundo más justo e inclusivo”, sintetiza Ortega. 

En esa línea, Rodríguez resalta que es la primera en su familia en llegar a tener “un título terciario y, luego, universitario”.  Y agrega: “Estoy muy agradecida a la educación pública, siempre les digo eso a mis alumnos, si no existiera la educación pública yo no hubiese tenido la posibilidad de llegar a nada. Soy nacida y criada en Almirante Brown, quiero mucho éste lugar”.

CLIC, parte III

Desde el Gobierno bonaerense, Agüero destaca que el balance del programa es “muy positivo”  porque además de las personas que pasan por los cursos y se forman en tecnologías de la información y el conocimiento (TICs) son espacios que “fomentan la vinculación entre municipios y universidades para el desarrollo de los territorios”.

Ortega,por su lado, propone como meta para 2024 invitar a todos los que participaron este año, a la jornada de olimpiada matemática canguro virtual e internacional que se desarrolla durante la segunda quincena de marzo 2024 

Una idea que Rodríguez comparte y trabaja para que este proyecto se extienda para todas las escuelas de Almirante Brown. “Nos encantaría llegar a la totalidad de las escuelas del partido, para que puedan conocer la universidad, y todo lo que hay en el distrito. Muchos de los estudiantes y sus familias, no conocían la Casa de la Cultura ni la existencia de la universidad, y, gracias a este proyecto muchos adultos se interiorizaron de las carreras que había y varios decidieron comenzar a estudiar”. 

“La principal dificultad para trabajar esta temática suele estar relacionada con romper prejuicios, superar barreras, motivar la curiosidad de las niñas, niños y jóvenes. Tratamos de mostrar que el conocimiento científico y tecnológico es resultado de una construcción social y no un campo reservado a superdotados intelectuales”,indica Boroccioni

Al respecto, la funcionaria universitaria adelanta que la idea es “darle continuidad a las líneas de trabajo” que implementa la UNaB y “ampliar el alcance de las actividades” para lo cual es “imprescindible continuar articulando con el sistema educativo y sumar a otras instituciones”, concluyó.

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